El mantenimiento de los frenos de un vehículo es importante para garantizar su funcionamiento eficiente y prolongar su vida útil. Para ello, se recomienda:
Revisar el sistema de frenos periódicamente, cada 10.000 km o anualmente.
Verificar el estado de los discos, pastillas, líquido de frenos y el sistema hidráulico.
Comprobar el nivel y la calidad del líquido de frenos.
Realizar el cambio de pastillas cada 40.000 km.
Reemplazar los discos delanteros cada 80.000 km o, como mínimo, cada dos cambios de pastillas.
En el caso de los frenos de tambor, cambiar las zapatas cada 50.000 km.
Realizar un breve rodaje de 300 km después de sustituir los discos y las pastillas.
Revisar y limpiar los sensores del sistema de frenos ABS.
Chequear el sistema hidráulico y eléctrico del sistema de frenos ABS.
Algunas señales que indican que es necesario realizar el mantenimiento de los frenos son:
El pedal de los frenos se siente “más suave”.
Chillidos al conducir y al frenar.
Necesidad de mayor espacio para frenar por completo.
Testigos del tablero encendidos.
¿CÓMO CUIDARLOS?
CONTAR CON LAS LLANTAS ADECUADAS. Aumenta la seguridad con llantas que tengan una excelente respuesta incluso en curvas. ...
USAR EL CAMBIO DE MARCHA. ...
EVITAR FRENAR BRUSCAMENTE. ...
REVISAR PERIÓDICAMENTE EL LÍQUIDO DE FRENOS. ...
CHECAR EL DISCO. ...
REVISAR LAS BALATAS. ...
REALIZAR EL SERVICIO.
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